La cueva de los moros; Julián Sanz Martínez encontró dos grabados de caballos en las cuevas y los plasmo en su libro “El arte rupestre en la provincia de León”. Están a unos 150 metros de altura, son del periodo cacolítico, eran habitáculos de eremitas en la Alta Edad Media, ocupadas por alguno de los monjes benedictinos expulsados del cenobio de San Miguel de Escalada. Su nombre viene de que eran utilizadas como fuerte defensivo en las luchas que sostuvieron los mozarabes aprovechando el fuerte impulso que tomó la Reconquista, para expulsar a lo moros de tierras leonesas.
La “Peña del Horno”, era un refugio natural en la era de las invasiones musulmanas. Una cueva donde íbamos una vez al año de excursión a comer un bocata, y donde mis amigos y yo escarbábamos y descubríamos huesos de animales.
Desgraciadamente hace dos años se cayeron por las lluvias intensas.
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